Y llegó la noche de ver a Aurora y sus traidores en Valencia. Gracias a la propia cantante nos enteramos que la apertura de puertas se retrasaba a las 23:00. En esta ocasión compartiría escenario con la banda Ruth Baker band.
La banda formada por Ruth Baker (voz principal), Iván Chabrera (guitarra rítmica y coros, Nacho Fandos (guitarra solista y coros), David Franc (bajo) y Carlos Cruz (batería y coros), nació de la unión de Ruth y The electric ones en el 2014.
Tras su paso por bandas como Los búhos, Última bala, Skizophonic, The electric ones o Covershop band, en 2014 forman la actual banda, de la que ya tienen dos álbumes en el mercado “Changing my way” en 2016 y “Revelation” en el pasado 2018.
Una propuesta llena de rock y soul, con unas guitarras potentes y una contundente base rítmica. A lo que hay que añadir una carismática voz envuelta en una cincuentera estética pin-up. Con ellos disfrutamos de una hora de espectáculo que sirvió para calentar motores en una Wah Wah de las grandes ocasiones, llena a reventar.
Rozando las 0:30 se subían al escenario los Betrayers, y tras ellos Aurora.
Lo que primero salta a la vista, a los oídos mejor dicho, es la potente voz de Aurora, una de las mejores, por no decir la mejor voz negra femenina del panorama español. Pero esto no enmascara la gran calidad de sus acompañantes. Jose Funko en la guitarra y voces y Martín García a las teclas y voces; acompañados por Pablo Rodas en los teclados y Maxi Resnicoski como baterista.
Dicen de ellos que es una banda que no siempre está donde se les espera. Y creo que eso es genial.
La búsqueda de sí mismos, la investigación y el cambio son constantes en su carrera. “La metamorfosis nos mantiene vivos”, y esta evolución personal les ha llevado a deambular por el soul, el rhythm and blues, el folk norteamericano durante su primer trabajo “Shadows go away”, para profundizar en su lado rockero en el segundo “Vudu” y rematarlo con un último trabajo “Tune out the noise” en el que mezclan el rock con el pop, incluso con toques de psicodelia.
Y este recorrido ha estado reconocido con el premio Pop Eye, en el 2014 como mejor banda de música negra y a la mejor banda de rock en el 2017. Así como el premio MIN 2016.
Este concierto forma parte de la gira de su último álbum. Y es esta entrega un disco que me plantea una gran dificultad. No consigo saber cuál de todas sus pistas me gusta más. El final de la eléctrica y underground Time Machine, el suave y precioso inicio de Holding on. la bowiana Spiders, la psicodelica Bloody eyes, o la ausente de guitarras There will come a time ,
Si se propusieron quitarse etiquetas lo han conseguido. Las claras influencias en sus inicios se diluyen y entremezclan, creando un sonido propio. Su única y potente personalidad hacen de ellos una inusual joya para nuestros sentidos. De momento han conseguido con tres álbumes poder vivir de la música. ¡Que ya lo quisieran muchos! Ardua labor yendo a contracorriente de las tendencias más comerciales de la actualidad, y con el hándicap del idioma, quizás el inglés tenga menor llegada según a qué tipo de público. Por suerte para todos llega y cada día son más sus seguidores. Han colaborado con ellos Tarque en la “Don’t waste more time” de su último trabajo y mis queridos Los Zigarros en “River deep, mountain high”.
Deseando que llegue el Montgorok para volver a disfrutarlos.
Una noche llena de rock con mujeres al mando.
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